Móviles en el 2023: niños/as y adolescentes.
- centroallegra
- 4 jun 2023
- 8 Min. de lectura
Que la tecnología a día de hoy es un factor fundamental de desarrollo en esta sociedad para numerosos fines, eso es totalmente innegable.
Que, 'se nos está yendo de las manos' el uso diario de la misma, eso también es innegable.
Y es que, cada día como profesional me encuentro más padres y madres 'desesperados' por no poder gestionar el uso que sus hijos e hijas hacen de teléfonos móviles, tablets y videoconsolas. Y los que no están desesperados por ellos, es que muchos tienen un desconocimiento del uso que sus hijos e hijas hacen de dichos dispositivos.
Hoy me voy a centrar en hablaros del teléfono móvil y para ellos os invito a que hagáis un ejercicio, con vuestros hijos/as, incluso si queréis probadlo con vosotros mismos:
Entrad en los ajustes del móvil y poned en la barra de búsqueda la palabra Bienestar, pincha en Bienestar digital o Bienestar y salud, en cada teléfono se puede encontrar con una denominación (en los iphones poned Controles Parentales). Ahora navegad por esa página que os aparece. Ahí podréis ver la actividad diaria que vuestro hijo/hija tiene del teléfono. No solo las horas que lo usa en total, sino también en qué aplicaciones pasa el tiempo y las horas del día en las que está haciendo uso de esas aplicaciones.

Seguramente si os grabarais en ese momento, podríais detectar el momento exacto en el que vuestra cara se transforma y aparece el asombro total, creedme lo vivo cada semana en consulta. Y es que, os puedo decir, que no me he encontrado ni un teléfono que, sin control parental, tenga menos de cinco horas de uso diario, entre semana. Es más, os podría afirmar que la media de uso de los teléfonos que he comprobado, supera en muchos casos las siete u ocho horas diarias.
¿Cuál será, acto seguido, el comentario de vuestro hijo o hija? claro, es que lo uso para estudiar, busco cosas en el móvil, etcétera. Y aquí es cuando os digo: esto es completamente incierto en el casi 98% de los casos (no lo busquéis en ningún estudio que son estadísticas hechas por mi experiencia en consulta). Las aplicaciones más usadas, independientemente de la edad del menor, suelen ser tik tok, be real, whatsApp, instagram, juegos varios, youtube y google; y con suerte tras esta lista aparece el gmail y classroom (o cualquier aplicación para tema escolar).
Como podréis observar el uso general y preferencial del smartphone no es con fines laborales o académicos, y si no os invito a mirar el historial de google y comprobadlo de forma específica por vosotros mismos.
A continuación, tal y como hago yo en consulta, os invito a que hagáis la siguiente cuenta:
Imaginaros que vuestro hijo/a el lunes ha usado seis horas el móvil. Sumad a estas seis horas las seis horas que tiene que estar en clase, también las ocho que supuestamente tendría que tener de sueño; sumadle a continuación las dos horas que dedique a una actividad extraescolar, el tiempo de las comidas que vamos a suponer que en total es una hora y media al día, y el tiempo de la ducha que vamos a contar que sea media hora. Sumemos a esta cuenta el tiempo de 'transportes' es decir, los quince minutos (como poco) que tarda en ir y venir del colegio o instituto, y si va a alguna actividad extraescolar ídem. Sumemos ahí que ha dedicado una hora a los deberes (como mínimo, dependiendo del curso y de si tiene examen o no). Y eso sin contar tiempos de descanso, de ver la televisión, de coger la tablet o la videoconsola, de ayudar en casa, de ocio, etcétera. ¿Listo? ¿Os salen las cuentas?
Veinticuatro horas que tiene un día y resulta que con la suma anterior ya 'nos hemos comido veintiséis' ¿cómo es posible? Puedo imaginar de nuevo vuestra cara de asombro. Y es que creo, que como padres y madres, no sois conscientes de todos estos datos. Si nos ponemos a analizar esto quiere decir que nuestros hijos mientras desarrollan otras actividades están con el teléfono. Mientras caminan, están con el teléfono. Mientras se duchan, comen, duermen, están en clase, están con el teléfono. Y ahora os lanzo la pregunta que les hago yo a muchos padres y madres en consulta ¿si tu hijo o hija, en lugar de un teléfono en las manos, tuviera un porro, actuaríamos de la misma forma? Os puedo asegurar que no, y que ahora mismo estaremos pensando que las consecuencias, secuelas y efectos que tiene este uso de la tecnología en los niños y niñas no es tan perjudicial como lo es consumir una sustancia, y os puedo decir, que os equivocáis.
Los estudios indican (y estos si que los podéis buscar que no me los he inventado yo) que el sobre uso continuado de tecnología puede provocar: ruptura y desaparición de las relaciones sociales directas y reales, destrucción del mundo real sustituido por el digital, desarrollo de nomofobia (miedo irracional a estar sin teléfono o a que éste no esté operativo por falta de cobertura o batería), pérdida de noción del tiempo, sentimientos de estrés o enfado, disminución de las horas de hábitos saludables diarios, falta de concentración y de atención, excitabilidad del sistema nervioso central, impaciencia, complicación en la comunicación familiar, problemas de empatía, uso de lenguaje inadecuado, sentimientos de soledad, problemas de desarrollo social, problemas de autoestima... aparte de la gran lista de secuelas físicas (problemas de vista, de cervicales, rigidez en manos y dedos, dolores de cabeza...).
Y todo esto sin entrar en el tipo de uso que se hace del teléfono móvil (problemático, abusivo, conductas de riesgo, pornografía...) que eso daría para otra discusión.

Y vuestra siguiente reflexión suele ser 'y qué hago yo para gestionar eso', 'es que es imposible controlar el teléfono', 'es que si le intento quitar el teléfono, se vuelve loco', 'es que no acepta que le diga nada del teléfono', 'es que como le voy a limitar el teléfono con quince años que tiene', 'es que todos sus amigos tienen teléfono'... me se todas y cada una de vuestras reflexiones, o como yo os digo (a los que ya me conocéis), todas y cada una de vuestras excusas, y os remito de nuevo al ejemplo del porro.
Evidentemente cada caso es concreto y personal, pero si os voy a dar unas recomendaciones generales por las que todos los padres y las madres deberían empezar a gestionar este tema y a partir de ahí, plantear las cuestiones individuales asociadas a cada caso:
- Dejar claro desde primera hora que el teléfono es vuestro, da igual si es un regalo, si es prestado o si se lo han comprado ellos con los ahorros de sus cumpleaños. Se les tiene que quedar claro que el teléfono no es de su propiedad y por tanto, no puede hacer con él lo que quiera y mucho menos impedir que los padres lo gestionéis. Frente a no poder gestionar esto de ninguna forma (os hablo en casos extremos en los que ya lleguemos incluso al forcejeo por este tema) tengo una herramienta muy tajante: cortar la línea de teléfono y cambiar la clave del wifi.
- Dejar claro que el teléfono es una herramienta muy peligrosa, que si se usa bien, todo va genial, pero si se usa más es un gran peligro (igual que un martillo, apuntando al punto correcto no hay ningún riesgo de que ocurra nada malo, pero si no se usa como es debido...). Y que la gestión de esa herramienta tiene que ser del niño o niña pero que la responsabilidad del buen uso y el control de que se gestione bien recae en el adulto. La contraseña del teléfono es pública en la familia ¡ojo! de su teléfono, que los menores son ellos, no vosotros. Si de aquí parten los temas de que si 'invades mi intimidad' tan típicos solo os voy a decir que gracias a gestionar una red social y mirarla ha habido casos en consulta en los que hemos descubierto la agresión sexual de una paciente o el bullying hacia otro chico, por ejemplo. Y no solo en casos en que eran las víctimas sino en casos en los que formaban parte del grupo de agresores/as. Es más, contra toda duda, la ley os ampara, el Tribunal Supremo avala que los padres y madres revisen el teléfono de sus hijos/as sin su consentimiento. Es más, muchas veces os doy un consejo, revisión del teléfono por la noche sin que lo sepan (así nos ahorramos el numerito de andar borrando cosas que mis padres no quiero que vean). Sed listos, no vayáis con el cuento de 'esto que es' y gestionad muy bien lo que os encontráis en el teléfono: la información es poder.
- Control parental obligatorio, es decir, Family Link. A través de ahí podéis gestionar el tiempo de uso del dispositivo, incluso el tiempo de uso de cada aplicación, por días, para tener una organización semanal. ¿Qué os recomiendo yo? No más de dos horas de teléfono diarias, y no más de tres horas en sábado y domingo. Que aprendan a distraerse con otras cosas, que jueguen a juegos comunes, que charlen, que lean, que se aburran y desarrollen la paciencia... todas esas cosas que no las realizan porque están con el teléfono.
Con esta aplicación cuando se termina el tiempo de uso o se está en tiempo de descanso, se puede usar el teléfono para llamadas, con eso, si ocurre algo, es suficiente.
- No usar el teléfono en momentos que 'no deben': comidas, reuniones familiares, ducha, cada vez que van al baño (tengo casos de jóvenes y no tan jóvenes que se pasan media hora sentados en el wc solo mirando el teléfono), haciendo deberes, colegio/instituto, cuando están con amigos/as, actividades extraescolares, por la noche...
- Desconexión de teléfono justo antes de la cena y ya no usarlo más hasta el día siguiente.
- El teléfono fuera de la habitación, hay unos despertadores muy monos y baratos que funcionan igual que la alarma del móvil.
- El teléfono fuera de nuestro lugar de trabajo/estudio.
- No llevar el teléfono a clase. No se la manía de los niños/as pero también de los padres/madres de que el niño se lleve el teléfono a clase. De toda la vida, nos hemos ido andando al colegio sin un móvil y allí no lo hemos tenido, si ocurre algo es el colegio el que llama a la familia, lo mismo digo para actividades extraescolares. La excusa de que 'a veces lo usamos en clase', 'es para el recreo' o 'si tenemos tiempo libre lo cogemos' no valen, si lo tienen que usar en clase el profesor/a avisa con antelación de esto para llevarlo, en el recreo lo que tienen que hacer es desarrollarse socialmente, jugar, hablar, y divertirse y no mirar un teléfono; en las horas libres tienen que hacer deberes, estudiar o incluso comunicarse con compañeros/as.
- Salir de casa sin el móvil para diversas cosas como ir a clases, a deportes, a jugar con amigos/as, a visitar a algún familiar, a comer a algún sitio, etcétera. Intentar de alguna forma, ayudarles a no establecer esa dependencia de no poder salir de casa sin el móvil.
- Ser un gran ejemplo de esto. Evidentemente ni somos niños/as ni nos tenemos que poner a la altura de sus cosas pero, somos el principal ejemplo para ellos/as. Gestionemos, al menos frente a ellos, el uso que nosotros mismos hacemos del móvil.
Como he indicado anteriormente, estas son las pautas iniciales y principales, a partir de ahí cada caso es único, eso si, en consulta, la mayoría de los casos guardan una serie de factores comunes, aprender a gestionarlos es tarea vuestra.
Recordad que: 'la educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo. En vosotros está la educación que les estáis dando a vuestros hijos/hijas para ser los adultos que conformen el mundo mañana'.

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